La Inteligencia Emocional se puede aprender y mejorar.
Seguro que ya has oído hablar mucho de la Inteligencia Emocional, principalmente porque aunque no es un término nuevo, ha sido el foco de muchas investigaciones científicas en los últimos años, específicamente sobre cómo se puede aplicar. a ámbitos como el empresarial y el deportivo.
Las palabras Inteligencia Emocional fueron acuñadas por los investigadores Peter Salovey y John Mayer, y luego fueron popularizadas por el Dr. Daniel Goleman en su bestseller del New York Times de 1995, Inteligencia Emocional: por qué puede importar más que el coeficiente intelectual.
Desde entonces, la exploración de la Inteligencia Emocional no se ha detenido dentro de los campos de la psicología y la neurociencia.
El resultado es que ahora sabemos que la Inteligencia Emocional puede ayudar a impulsar cualquier negocio y conducirlo al éxito. Cualquier negocio.
Puedes aprender cómo mejorar y aplicar eficazmente tu Inteligencia Emocional, ya seas el director ejecutivo de una gran empresa o el propietario de una pequeña empresa, un autónomo o un empleado, vendes un producto o prestas un servicio.
La inteligencia emocional aprovecha el juego por ti.
¿Qué se cubrirá aquí?
¿Qué es la Inteligencia Emocional?
La prueba de competencia emocional de Ginebra
Las cuatro áreas principales de la Inteligencia Emocional
Conciencia de sí mismo
Autogestión
Conciencia social
Gestión de relaciones
¿Qué es la inteligencia emocional?
El Dr. Daniel Goldman define la Inteligencia Emocional como
“la capacidad de reconocer, comprender y gestionar nuestras propias emociones y las de los demás”
A estas alturas, podrías estar pensando: vale, es cierto, entiendo cómo esto puede ayudar a mejorar mi vida y mis relaciones, pero ¿qué tiene esto que ver con mi negocio?
Bueno, me atrevería a decir… todo.
Comprender tus propias emociones y aprender a entrenar tu cerebro para poder gestionarlas de la mejor manera posible, es algo que puede ayudarnos a todos en el día a día, ya que tocan todos los ámbitos de nuestra vida.
Las investigaciones han demostrado que la Inteligencia Emocional juega un papel central en el éxito y la felicidad de cualquier persona y es fundamental para cualquier intercambio interpersonal.
Desde el crecimiento de las ventas hasta la obtención de clientes, trabajadores felices y equipos felices, mejorando la relación entre compañeros de trabajo y logrando objetivos con éxito, desde un mejor compromiso hasta una mejor conversión, la Inteligencia Emocional puede ayudar en cada paso del proceso (perdón por la referencia de marketing, pero está bastante claro, ¿verdad?)
Aunque la IE se ha estudiado durante décadas, no fue hasta hace poco que las investigaciones demostraron y pusieron a prueba su importancia y eficacia.
De hecho, la prueba de Competencia Emocional de Ginebra (GECo) es una nueva prueba creada por el PhD Marcelo Mortillaro – Jefe de la unidad de investigación de Ciencias Afectivas Aplicadas de la Universidad de Genève – que mide
👉 reconocimiento de emociones
👉 comprensión de las emociones
👉 regulación de las emociones en uno mismo
👉 gestión de emociones en los demás
Por ello, las investigaciones científicas han demostrado y validado la importancia de la Inteligencia Emocional por lo que ahora nuestra tarea es conocer sus beneficios y aprender las técnicas a utilizar para ayudarla a florecer.
¿Cuáles son las cuatro áreas principales de la Inteligencia Emocional?
Autoconocimiento: reconocer nuestras emociones es el primer paso. Si los reconocemos, podemos elegir cómo controlarlos.
Aquí tienes un ejercicio práctico: coge papel y lápiz (a la antigua usanza) y escribe la respuesta a las siguientes preguntas:
📝 ¿Me resulta fácil reconocer mis emociones?
📝 Si estoy bajo estrés, ¿qué emoción, sentimiento o sensación surge primero?
📝 ¿Esta emoción está ubicada en una parte específica de mi cuerpo?
📝 ¿Es buena sensación o no?
📝 ¿Es motivador o por el contrario obstaculiza mi trabajo?
📝 Si no es una sensación positiva, ¿sé cómo transformarla en algo positivo o productivo?
Autogestión: este es el aspecto que nos permite dominar nuestras emociones, tener el control y darles un mejor uso cuando sea necesario.
Las emociones pueden ser manejables, e incluso las que sentimos que son negativas pueden ser una verdadera ventaja dependiendo de la situación y el uso que hagamos de ellas.
Por ejemplo, las preguntas que pueden ayudarnos aquí son:
📝 ¿Esta emoción es fuerte o leve?
📝 ¿Es una emoción productiva?
📝 ¿Esta emoción particular está presente cada vez que me encuentro con la misma situación?
📝 ¿Puedo controlar esta emoción aunque esté bajo presión?
📝 ¿Sé cómo adaptar esta emoción?
Conciencia social: reconocer las emociones en los demás puede ayudarnos a relacionarnos mejor con ellos. Felicidad, tristeza, miedo, asco, enfado y sorpresa son las 6 emociones universales que podemos identificar en cualquier ser humano.
Algunas de las preguntas que nos pueden ayudar aquí son:
📝¿Puedo reconocer fácilmente las emociones en los demás?
📝¿Puedo cambiar mi enfoque para comprender mejor los sentimientos de la otra persona?
📝¿Hay algo que pueda hacer para ayudar a modificar una experiencia particularmente negativa por la que está pasando un compañero de trabajo o un cliente? (Y sí, tienes razón si la palabra que inmediatamente te viene a la mente es empatía).
Gestión de Relaciones: esta área es la que nos permite tener impacto en nuestra empresa, barrio o comunidad, nuestro trabajo diario con los demás y cualquier ámbito social.
Se relaciona con las emociones y comportamientos de los demás y cómo podemos beneficiarnos.
Por tanto, algunas de las preguntas que podríamos plantearnos aquí están relacionadas con las emociones que otros muestran en determinadas circunstancias:
📝 ¿Esas emociones son positivas y constructivas?
📝 ¿Soy capaz de responder adecuadamente a las emociones de otras personas?
📝¿Cómo me afectan?
📝 ¿Sé colaborar para cambiar una situación problemática?
📝 ¿Y cómo ganar claridad y trabajar por un objetivo común?
📝 ¿El respeto y la validación son los dos puntos fuertes en la interacción? ¿Qué pasa con la comunicación?
A estas alturas quizás te estés preguntando: ¿cómo puedo mejorar mi propio EIQ?
Desarrollar competencias emocionales (como las habilidades sociales, por ejemplo) sin duda ayudará a mejorar los cocientes de inteligencia social y emocional.
¿Qué es la Inteligencia Emocional?
Es la capacidad de comprender tus emociones y aprender a entrenar tu cerebro para poder gestionarlas de la mejor manera posible.
¿Cuáles son las cuatro áreas principales de la Inteligencia Emocional?
Autoconocimiento, Autogestión, Conciencia Social, Gestión de Relaciones.