Si es usted empresario, conoce la importancia de la comunicación. Te comunicas a diario con tus clientes y los miembros de tu equipo, probablemente semanal o quincenalmente con tus proveedores y mensualmente con tus inversores.
Pero permítame preguntarle: ¿se le da bien?
No, en serio. No estoy hablando de dominar las técnicas de persuasión, saberlo todo sobre la influencia y tener todas las reglas para un compromiso garantizado.
Hablo de los fundamentos de cualquier comunicación.
Déjame que te pregunte:
- ¿Puedes transmitir tu mensaje con claridad o te cuesta hacerlo?
- ¿Haces pausas y te das tiempo para escuchar y comprender plenamente lo que dice la otra persona?
- ¿Dedicas el tiempo suficiente para crear el espacio y el tiempo que necesita cada conversación?
- ¿Eres consciente de que la comunicación va más allá de las palabras?
- ¿Te dedicas por completo a ella o sueles prestarle atención a medias mientras haces otras cosas?
La verdad es que nuestras comunicaciones están llenas de todo tipo de problemas: malentendidos, interrupciones, cosas que no decimos pero que necesitaríamos decir, cosas que decimos pero no precisamente de la mejor manera o en el mejor momento.
Sin embargo, no pensamos demasiado en ello hasta que surge un problema, cuando algún ruido perturba la comunicación.
Suele ocurrir cuando
- la persona con la que hablamos no entiende lo que decimos o pedimos
- no encontramos las palabras adecuadas para expresar una idea
- queremos hablar y la otra persona no para de interrumpirnos
- alguien dice algo con la «boca», pero el mensaje «parece» totalmente distinto, probablemente porque su lenguaje corporal transmite el mensaje contrario
- estamos secuestrados por nuestras emociones y, en lugar de responder, reaccionamos.
Entonces, ¿cómo encontrar una solución?
Pues bien, necesitaremos desarrollar 3 grupos de habilidades fundamentales:
- Conciencia (del momento presente) y Escucha Activa (cómo escuchar eficazmente)
- Enfoque (qué decir/qué dicen los demás) y Retroalimentación
- Límites y Timing (cuándo decir lo que hay que decir)
No olvidemos que la comunicación es siempre un proceso; no es algo estático.
Implica a un emisor, un receptor, un mensaje y todo lo demás.
Implica a dos o más personas, uno o más lenguajes hablados, uno o más lenguajes corporales, una o más ideas, uno o más canales, y se ve afectada por otros factores como la cultura, la ubicación, etc.
Entonces, ¿por qué fallamos a la hora de comunicarnos como emisores y receptores?
Pues porque somos humanos, y los sentimientos y las emociones impregnan por completo nuestra comunicación.
Reconocerlo es el primer paso.
Después, podemos empezar a mejorar nuestra comunicación.
Espero que este post te ayude a reflexionar un poco sobre esta parte crucial de nuestra labor empresarial diaria, una parte en la que todos debemos seguir trabajando.